Cuando siento esta vieja dolencia del h’gado, mi mujer me da un té de cedrón
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y descanso. No sé que tiene su mirada, habitualmente arisca,
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cuando viene con el cocimiento
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a sentarse cerca de mi cama. Yo tengo la impresión de que resucito y vuelvo a quererla. Vuelvo a quererla porque nuestra precaria vida mata todos los sentimientos amorosos que pueden existir en el hogar. Nuestros cuatro hijos aún no trabajan y ya dan muchas preocupaciones con sus necesidades ascendentes. Mi mujer siempre se está quejando de que no le alcanza el dinero para los gastos de la casa, y yo por más que trabajo en mi empleo de ferrocarrilero no puedo proporcionarles
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a los m’os todo el bienestar que quisiera.
Mi h’gado es la v’ctima y el carácter
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se me hace amargo de tanto luchar para ver solamente malas caras
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; y o’r las discusiones
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de mis hijos que frecuentemente le faltan el respeto a su madre. Ella ya ni les responde, pero se le está poniendo la cara turbia de tanto contener las cóleras. Yo llego de mi trabajo exhausto y el panorama de mi hogar dista mucho de alentarme. La estrechez
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de nuestra vivienda, los ruidos constantes, las discusiones de mis muchachos y el terco ce–o de mi mujer me están agrietando
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el carácter. Mi h’gado es el recipiente de tantas contrariedades
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y con frecuencia cada vez mayor, tengo que refugiarme en mi cama.
Entonces entra mi mujer con la tisana
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y todo cambia para m’. Como por milagro su gesto
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oscuro se despeja y me mira con unos ojos que, antes de tomar el té, ya me siento mejorad. Se me olvida de pronto toda la amargura que sufro desde hace tantos d’as, semanas, a–os, y la miro . . . Ia miro con su cara envejecida prematuramente, con su cuerpo descuidado
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y su ropa hace tanto tiempo no renovada, y me parece bonita. Entonces me gusta que ya no esté fresca y que sus ojos sin importancia salga esa como lucecita.
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Y hasta me parece graciosa su boca, que ya empieza a hundirse. Me sigue dando el té y me mira no sé como. Como me miró mi madre, como ella misma miraba a nuestros hijos de peque–os
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como me miró cuando nos hicimos novios y cuando ya en mis brazos aún no era m’a. Y de pronto, mientras ella sigue dándome lentamente el té, yo siento que me alivio,
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que me voy a aliviar, que rejuvenezco, que volveré a tener fuerzas para trabajar, que no verdad que mis hijos tengan el carácter tan variado y descompuesto,
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que a lo mejor mi mujer casi no me responde para que yo descanse de mis nervios. Que su verdadero modo de ser es éste que tiene ahora pare m’, cuando con la más grande ternura me da el té como si yo fuese el menor de todos nuestros hijos.
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1. té de cedrón—tea made from cedron, a medicinal plant
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2. arisca—cross
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3. cocimiento—medicinal tea
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4. proporcionarles a los m’os—provide my family with
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5. el carácter . . . amargo—my character is becoming bitter
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6. males cares—ill-humored faces
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7. discusiones—arguments
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8. estrechez—cramped space
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9. agrietando—cracking (i.e., wrecking)
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10. contrariedades—troubles
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11. tisana—medicinal tea
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12. su gesto . . . despeja—her gloomy look clears up
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13. descuidado—neglected
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14. salga . . . lucecita—a kind of little light appears
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15 de peque–os—when they were little
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16. me alivio—I’m getting better
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17 variado y descompuesto—changed and impudent